Ya son varios seguidores que me han consultado si vale la pena cambiar de Canon o Nikon a Sony.
Todo cambio es complicado y siempre intentamos evitarlos, sobretodo cuando es a algo diferente. Digo diferente porque los usuarios de las Mirrowless somos a día de hoy bichos raros pero en un futuro no muy lejano, seremos nosotros los normales y las reflex de espejo la minoría.
He de confesaros que cuando abandoné mi Canon 5DMII en el armario para empezar a trabajar con las ligeras mirrorless tuve mis dudas. Estas dudas se resolvieron a los pocos días de empezar a utilizarlas, las ventajas son muchísimas y las desventajas pocas.
El primer aspecto a destacar es la calidad. La calidad de mis dos monturas de Sony A7 y A99 no tienen nada que envidiar a mi antigua Canon, es más, la calidad es mucho mejor.
Este es un aspecto rápido de ver, en cuanto empiezas a disparar te das cuenta que has mejorado muchísimo. Como veis no le doy mucha importancia a este aspecto porque como os digo esto se ve rapidísimamente.
Otro aspecto, y creo que este es muy importante, es la reducción de tamaño y peso.
Hagamos una comparativa.
Sony A7 y el 70-200.
Montura 474 gramos.
Lente 840 gramos.
Canon 5DMII y la lente 70-200
Montura 810 gramos.
Lente 1490 gramos.
Para que no sea todo bueno, os voy a comentar varios aspecto negativos que he encontrado en este tipo de cámaras.
En sesiones largas, como es un partido de baloncesto, el visor electrónico hace que el ojo se canse mucho más que con una reflex. Imagino que con el tiempo este problema lo solucionarán.
Otro aspecto negativo.
Los amantes del deporte tendrán que esperar un poco a que nuestras A7 lleguen a disparar 11 o más fotogramas por segundo. Confío que en poco tiempo podremos disparar a más de 10 frames por segundo.
Sinceramente estas son las únicas cosas que he encontrado negativas en mi montura A7, el resto son todo ventajas.
Os dejo unas fotos que he tomado hoy en la nieve con la A7 a modo de pruebas.
